Fue nuestra estrella en el Mundial de Pista Cubierta de
Maebashi (Japón) y no en 1.500, ni en 800, si no en salto de longitud, una
prueba que no nos daba alegrías internacionales, pero él rompió una
barrera.
En la retina de todos queda aquel último intento, aquella
cara de concentración y seguridad. Había saltado 8,42 y la plata era suya, pero
sabía que tenía más en las piernas; como dijo el comentarista en TVE “no tenemos
por qué poner límites a la ilusión”. Y así fue, en su salto, en el que apuró la
carrera hasta batir a milímetros de la plastilina, voló hasta los 8,56; este
salto le colocaba en primera posición y obligó al grandísimo Iván Pedroso a
esforzarse al máximo para conseguir el oro. Al final Yago tuvo que conformarse
con la plata, pero se quedó con un record de Europa que se mantuvo vigente
durante 10 años.
Por primera vez en la historia un blanco volaba hasta donde
voló Yago. A todos los jovencitos que hacíamos atletismo nos dio una nueva
ilusión, demostró que podíamos luchar y pelear por cualquier objetivo y que
nadie puede decirnos hasta dónde podemos llegar, que nuestras metas nos las
ponemos nosotros.
Yago logró 8 medallas internacionales en salto de longitud.
Abrió la puerta a otros grandes saltadores como Concha Montaner, Joathan
Martínez o Eusebio Cáceres y a otros tantos que no llegaron tan lejos, pero le
tuvieron como referencia para crecer en el mundo del atletismo.
Se mantuvo en lo más alto hasta el año 2003 ya que en 2004
una lesión truncó su carrera como atleta.
En 2009 se retiró definitivamente del atletismo de alta
competición, y en 2011 volvió a este mundo con una nueva ilusión, entrenar con
Alfonso Álvarez, un atleta de Gijón pupilo de su ex entrenador Juanjo
Azpeitia.
Hace unos días me llenó de ilusión cuando José Luís me dijo
que Yago le había dicho que podíamos mandarle las preguntas para nuestra sesión
de entrevistas. Me puse en contacto con él para que me permitiese darle su
teléfono a Jero para hacer así una entrevista más personal, pero no se vio con
fuerzas, nos lo agradeció y pidió perdón, pero prefería hacerlo por escrito.
Nuestro Jero estaba preparando la entrevista cuando nos enteramos de la triste
noticia.
La mejor forma de despedirle es con las palabras de su pupilo Alfonso en su
cuenta de Facebook :
“Yago, tío, íbamos a quedar estas semanas, empezar a entrenar, me ibas a
fundir en sentadilla, yo a ti en multisaltos (imposible). Hacías arrancada en
vaqueros y zapatos y después de años sin tocar una pesa, mejor que yo después de
una hora calentando y entrenado a diario, ¡nos reíamos con
esto!…
¡Tío! Sólo tenias que dejarte llevar, sólo aprovechar cada momento: ese
aire al respirar, esa canción, ese paseo, este momento que ahora está
pasando…¡Sólo esto! Ya sé, tan fácil de decir…
Me resulta muy triste despedirme de ti, me ayudaste de corazón y nunca
olvidaré tus consejos.
Gracias por todo amigo, siempre te recordaré.”
Descanse en paz Yago
David Zurita
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