a) Pierna de ataque: Llamaremos así a la pierna que se lanza contra la valla. Esta
pierna sube flexionada al frente hasta que la rodilla alcanza la altura de la
cadera, momento en el cual pendula hacia atrás.
La
pierna se extiende pero no se bloquea por la rodilla y en el momento que el pie
se sitúa sobre la valla, realiza un movimiento envolvente de arriba-abajo
buscando el suelo con rapidez con el que toma contacto de metatarso.
b) Pierna de impulso: Una vez finalizado el impulso la
pierna se deja arrastrar, momento a partir del cual describe un movimiento
circular y lateral pasando paralela al suelo sin apresurar su acción, de tal
modo que cuando la otra pierna toma contacto con el suelo, ésta se mantiene algo
al costado, formando en este momento, un ángulo aproximado de 90 grados con el
tronco.
c) Acción de tronco y cabeza: El tronco en este caso y
a medida que actúa la pierna de ataque, se va inclinando sobre ella, compensando
así su elevación y favoreciendo la búsqueda rápida del suelo una vez sobrepasada
la valla.
El
tronco recupera su posición normal una vez que la pierna de impulso que venía
desde atrás va a tomar contacto con el suelo. La cabeza sigue al tronco
contribuyendo en todos sus movimientos.
d) Acción de los brazos: El brazo contrario a la pierna
de ataque se eleva de forma enérgica, acompañandola y logrando su mayor
extensión cuando el pie está situado sobre la valla.
El brazo
contrario tiende a no desplazarse hacia atrás actuando con pasividad en la
primera parte y con dinamismo una vez rebasada la valla.
e) El punto de batida: Para conseguir un buen pase de
valla es imprescindible el lograr un correcto punto de batida. Si esta se
efectúa en un lugar muy próximo a la valla, el atleta tendrá que saltar
describiendo una gran parábola para salvar el obstáculo, alcanzándose el punto
más alto de aquélla sobrepasada la valla. Si el punto de batida queda demasiado
lejos, también tendrá que saltar para no caer contra la valla.
En ambos
casos el atleta pierde tiempo, el incorrecto punto de batida le obliga a pasar
demasiado erguido, precipitar su pierna de ataque, tomar contacto con el suelo
con pesadez y estropear su ritmo de carrera.
LA
CARRERA ENTRE VALLAS
A partir
del primer contacto con el suelo, el vallista da tres pasos hasta que vuelve a
atacarla otra vez, coincidiendo siempre la misma pierna de ataque.
La
longitud de los pasos no va aumentando progresivamente, el segundo es más largo
que el primero, pero el tercero es de menos amplitud.
EL
FINAL
Una vez
pasada la última valla, el atleta volcará todo su esfuerzo en recorrerlo en el
menor tiempo posible, disminuyendo si es preciso la amplitud de sus pasos en
función de la frecuencia, debido a la fatiga adquirida a lo largo de la carrera,
aunque esto no es un hecho generalizado.
3. EL ATLETA
La
tipología del vallista está delimitada por los condicionantes reglamentarios de
la altura de las vallas y la distancia entre ellas. Sin embargo, dentro de esta
limitación en la que la estatura suele oscilar entre 1,85 y 1,90 metros, el
especialista en este tipo de pruebas debe poseer velocidad, coordinación,
decisión para el ataque a la valla; gran flexibilidad a nivel de la articulación
coxofemoral para el paso de la valla y un potente tobillo.
BIOTIPO MASCULINO (110 metros)
Dentro
de sus características musculares poseen fibras rápidas y explosivas en gran
proporción. Esto les permite una mayor facilidad en las continuas aceleraciones
y desaceleraciones que deben llevar a cabo.
Los
principales problemas que suelen surgir son las tendinitis, los tirones y
algunas dolencias en los abductores.
BIOTIPO FEMENINO (100 metros)
La valla
de la prueba femenina de 100 metros es más baja que la de 110 metros vallas, por
lo que las vallistas no tienen que ser muy altas. Su estatura puede ser normal e
incluso hay bastantes que son bajitas.
Poseen
un gran porcentaje de fibras explosivas. Lo más importante en la prueba es la
rapidez en la ejecución de los movimientos.
Tipológicamente tienen menos
potencia pero más agilidad que los hombres. Prima la técnica entre las mujeres,
es decir, la mecanización con que realizan la carrera. Las corredoras de élite
dan la sensación de que van a cámara rápida; sus movimientos son muy veloces al
pasar por la valla. Buscan rápidamente el contacto de nuevo con el suelo, para
reiniciar su carrera entre vallas. Ahí está la clave de las buenas marcas.
NUTRICIÓN
Estos
deportistas, incluso en sus entrenamientos de tipo submáximo, realizan un
ejercicio eminentemente explosivo, de manera fundamental, a base de la que
llamamos gasolina super: el glucógeno.
Al ser
pruebas muy cortas utilizan sobre todo fibras explosivas y rápidas. Las fibras
explosivas musculares sólo gastan glucógeno (no tienen capacidad para quemar
grasas).
Aunque
se suele observar cierta tendencia por parte de estos atletas a tomar muchos
dulces, hay que matizar que un exceso puede producir excesiva grasa corporal por
la propia metabolización del cuerpo humano. Se da la circunstancia de que
eliminar esta grasa es, para estos deportistas, especialmente difícil, ya que en
sus entrenamientos apenas hay trabajo de tipo aeróbico.
En
cuanto a las vitaminas, necesitan la misma cantidad que un fondista. Quizás en
el tema de las proteinas hagan uso de un porcentaje del 2 o 3% más de calorías,
porque realizan muchos entrenamientos de fuerza.
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